Prefectura Naval Argentina - Editorial Guardacostas

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CRITERIOS PARA LA CALIFICACION DE LAS NOTAS SELECCIONADAS.

Proyecto de normas para la calificación de las notas seleccionadas

a) Determinar la coherencia del texto.
b) Determinar la cohesión (correcta ilación entre los párrafos con el uso adecuado de conectores).
c) Determinar la claridad conceptual (que aun en su dificultad sea fácilmente comprensible).
d) Utilización de palabras adecuadas de acuerdo con su significado.
e) Utilización de las preposiciones adecuadas de acuerdo con la normativa.
f) Uso de vocabulario adecuado al texto, tema y al universo lector al cual va dirigido. En este caso deberá tenerse muy en cuenta si es estrictamente necesario el uso de neologismos o tecnicismos. De ser imprescindibles, su significado deberá ser convenientemente aclarado (la primera vez) igual que en los acrónimos.
g) Sintaxis (correcta construcción de cada oración)
h) Correcta puntuación.
i) Evitar las vaguedades o ambigüedades.
j) Título adecuado al texto en no más de una línea
.

Acerca de las citas y referencias bibliográficas

Al final de cada nota deberán incluir las referencias bibliográficas de acuerdo con el criterio que a continuación se describe:
a) en principio, habría que distinguir de la bibliografía propiamente dicha - una lista ordenada alfabéticamente de autores y títulos de las obras consultadas por el autor - de las referencias bibliográficas;
b) las referencias bibliográficas son una variedad de las notas que se ubican en relación con un fragmento de texto determinado y se numeran correlativamente, distribuyéndose a lo largo de todo el texto1.
Cuando sólo se mencionen las obras consultadas (a), incluirá una lista de sus autores y los títulos, con el apellido y nombre (en ese orden) del o de los autores. Seguidamente, separado por una coma y en cursiva, el nombre de la obra. A continuación, la empresa editorial o instituto que lo publicó; luego, la ciudad o localidad y país dónde se editó y, finalmente, el año de la edición, agregando si es primera o siguiente/s edición/es.
A continuación de ésa nómina, se transcribirán las referencias bibliográficas que hacen mención a un fragmento determinado del texto (b), numeradas correlativamente, desde la primera a la última página, incluyendo la misma información que se menciona en el párrafo anterior (autor, nombra de la obra, editorial, ciudad, país, año). En este caso (referencias a fragmentos), en lo posible se consignará el número de la página de la que se obtuvo la información.
Si la mención está relacionada con una publicación periodística, la secuencia referencial es: nombre de la publicación, ciudad y país, título del artículo, página, fecha de publicación.
En el supuesto de una mención a página web se debe poner el nombre de la página en particular (por ejemplo: La Nación-On line); en cursiva el nombre del artículo; autor, si tiene; fecha y denominación de la página World Wide Web (www).
En cuanto a si el número que señala el fragmento de referencia se ubica antes o después del punto final, las opiniones son divergentes, por lo que se ha adoptado el criterio de que vaya delante del punto.

Cabe destacar que, además de enriquecer el contenido de la nota, ya que permite al lector interesado ampliar la información en su fuente, se trata éste de un requerimiento de índole legal para salvaguardar la propiedad intelectual del autor del texto que se ha tomado como referencia.

Bibliografía

Martínez de Sousa, José; Manual de estilo de la lengua española, Ediciones Trea, Gijón (Asturias-Reino de España), 2000.
Sol, Ramón; Manual práctico de estilo, Ediciones Urano, Barcelona (Reino de España), 1992
1 Alvarado, Maite; Paratexto, Instituto de Lingüística de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, 1994.

Normas generales

El texto informativo comunica algo (ideas, hechos, situaciones) con la menor intervención posible de los sentimientos y la imaginación del autor. Los libros de texto, científicos, los estudios o ensayos sobre algún tema y las conferencias, usan un lenguaje informativo. Advertimos así que ellos son parte de nuestra vida cotidiana, tanto en la faz laboral como en el campo del aprendizaje y en nuestra vida de relación en general. Un oficio, un memorando, una tesis y también una carta de reclamo constituyen textos informativos.
En éstos debe prevalecer precisión, claridad y brevedad. Por ello, la sintaxis debe ser clara y para que esto sea posible, el lenguaje utilizado, sencillo, neutro, sin adornos, con predominio de oraciones enunciativas, y párrafos de una extensión tal que permitan su fácil comprensión. Si son muy extensos, además de requerir un muy buen dominio del uso de los signos de puntuación, conllevan un esfuerzo intelectual extra para el lector. Por el contrario, si son muy cortas, terminan por abrumarlo.
La repetición de palabras en una misma oración o en las subsiguientes no demuestra mucha imaginación y menos aún la posesión de un vocabulario rico. Sólo se recurrirá a ese extremo cuando su reemplazo por un sinónimo no transmita exactamente la misma idea.
“Toda palabra que no hace falta, sobra; toda vaguedad es una farsa innoble y toda oscuridad intencionada, una abyecta simulación”. Ramón Menéndez Pidal.
Para empezar a trabajar el texto es importante hacer un breve ejercicio intelectual: ¿Qué tengo que decir? ¿Cómo lo voy a decir? ¿Para quién lo voy a escribir?.
Por lo antedicho, tanto la personalidad, como los intereses y conocimientos del destinatario, así como la presunción de una cultura compartida y experiencias comunes, son elementos que condicionarán la estructura y vocabulario del mensaje.
Si analizamos el tema desde una perspectiva psicosocial, podemos concluir en que las personas que intervienen en los roles de emisor y receptor están integradas en un entorno en el que sus acciones no se desarrollan de manera simple y lineal, sino que son motivadas, en algunos casos, por un sentido de pertenencia a un ámbito de complejos sistemas de significaciones sociales.
De esta forma, no resulta alejado de la realidad afirmar que una comunicación es eficaz cuando las intenciones del emisor provocan el efecto deseado en el receptor; es decir, cuando la codificación y la decodificación son simétricas.

Léxico

Se tomarán como referencia las palabras admitidas por la Real Academia Española en la última edición de su Diccionario de Lengua, la Academia Argentina de Letras y las pautas establecidas por el Diccionario Panhispánico de Dudas. Debe tenerse en cuenta que la riqueza de nuestra lengua y la vastedad de los límites geográficos donde ella se habla han dado lugar a una variedad de palabras que se utilizan en determinados países de habla hispana y no en otros, y en este caso puede ser que resulten de muy mal gusto. Por ello, aunque parezca una obviedad, no por estar incluidas en el diccionario resulta elegante utilizarlas.
Tampoco es conveniente usar arcaísmos, muletillas o palabras que obliguen al lector a recurrir continuamente al diccionario, cuando puedan ser reemplazadas por otras de uso generalizado, sin que, por supuesto, ello signifique bajar el nivel del lenguaje. Vale tener en cuenta aquello de que “hay quienes enturbian el agua para que parezca profunda”.

Jerga propia de la actividad

En cuanto a la utilización de términos técnicos, estos deberán ser aclarados si no son de uso corriente en el ámbito al cual se destina el mensaje. Si se encuadran en este caso, pueden utilizarse palabras y expresiones extranjeras entrecomilladas, teniendo en cuenta que se admitirán sólo si poseen un significado técnico, están aceptadas por el uso habitual, no pueden ser traducidas o sirvan para simplificar la exposición.

Citas

Estas pueden ser directas o literales, o indirectas o conceptuales. En el primer caso, se deberán entrecomillar, con indicación de la fuente; en el texto, o bien al pie del artículo; en el segundo la indicación de la fuente se hará entre paréntesis.

Estructura de los textos

El texto, unidad lingüística por excelencia, reúne componentes semánticos y comunicativos, y está formado por un conjunto de oraciones relacionadas entre sí en las que sólo le otorga coherencia la organización de la información sobre un tema determinado.

En tanto, su cohesión se logra estableciendo relaciones de dependencia semántica entre dos o más elementos cada vez que la interpretación de alguno de ellos depende de otro. Dicho de otra forma, las oraciones se ligan entre sí a través de diversos recursos y operaciones que cualquier hablante realiza en la cotidianidad (presuposiciones, sustituciones, asociaciones) y que los lingüistas denominan cohesión gramatical o cohesión léxica.
Por ello, es conveniente establecer un orden secuencial de cada párrafo en el que priven elementos lógicos y cronológicos, o cada uno de ellos en forma independiente. En el primer caso, por ejemplo, si se desea transmitir la información correspondiente a diversos aspectos de una situación determinada, no deben mezclarse diferentes ideas argumentales en un mismo párrafo. Estas deberán conducir a la conclusión en forma coherente, conectándose debidamente entre sí. Para conformar el texto se establecerá un orden cronológico de los sucesos, pero en todo caso, debe predominar la concisión y el orden -reiteramos este aspecto porque es central-, ya que el lector puede no disponer de mucho tiempo, y menos para interpretar qué se quiso decir en un documento, porque quien lo escribió no expuso sus ideas con claridad.
Una misma oración puede cambiar su significado según el contexto. Por ello, si bien hasta no hace mucho se la consideraba como la unidad máxima de la lengua, actualmente el interés está focalizado en el análisis del texto como unidad lingüística superior a la oración, ya que existen relaciones que no podrían entenderse si no se consideran en su totalidad.
Una forma adecuada para desarrollar el texto es de lo general a lo particular, de forma tal que si fuera representado gráficamente, se adoptaría un esquema en el que la información que diera lugar al tema central se presentaría en el primer párrafo y los siguientes - ampliatorios -, en los sucesivos.

Conectores

Son uno de los recursos para darle cohesión al texto. Con mayor precisión, se trata de palabras o sintagmas que, seguidos de coma, permiten establecer una conexión temática entre dos oraciones o ideas. Los conectores, en algunos casos, establecen una relación de causa/efecto, facilitando la comprensión, aunque no la garantizan si no están bien utilizados. Los más comunes - porque esta lista no es excluyente - son los siguientes: Causa: por esta razón, puesto que, debido a que, como, por lo que antecede, por esta causa. Concesión: a pesar de, con todo, si bien, aunque. Consecuencia: por consiguiente, por lo tanto, como resultado, en atención a, dado que. Comparación: del mismo modo, igualmente, según. Corrección: más bien, o mejor, con mayor precisión, mejor dicho. Explicación: en efecto, por ejemplo, según esto, según lo anterior. Oposición total o parcial: pero, sin embargo, en cambio, so obstante. Resumen: en síntesis, resumiendo. Unión: en algunos casos, y, también, además, asimismo, sumado a, al mismo tiempo, en otro orden, paralelamente, simultáneamente, a continuación, en otros casos, de la misma manera. Verificación: en realidad, efectivamente, de hecho. Variación: en cambio, en lugar de, en vez, en cambio, en lugar de, respecto de, en lo referido a. Tiempos: entonces, enseguida, después, mientras tanto, antes, desde, en el comienzo.
En síntesis, se trata de un variado repertorio de palabras que, en su correcta utilización y combinación nos ofrecen la posibilidad de una expresión rica y elocuente. Observémoslo en los textos que siguen, en el que hemos subrayado destacando los conectores utilizados:
“...Más allá de donde puedan ver nuestros ojos hay un universo desconocido, poblado de mundos que nadie puede imaginar. Hacia esas lejanas fronteras del espacio apuntan los telescopios más potentes de la Tierra; hacia allá viajan naves silenciosas y solitarias con la intención de explorar lo que aún es invisible. En realidad, los científicos no saben todavía con exactitud qué forma tiene el universo. Por lo pronto, todas las observaciones hechas hasta ahora no parecen establecer que tenga un límite. ¿Es infinito? Desde la Tierra, el hombre se hace muchas preguntas; sin embargo, las respuestas están aún demasiado lejos para él. Mientras tanto, solamente podemos observar y tratar de comprender”.
O en este fragmento de “Mi Destino”, de Franz Kafka: “Ordené que trajeran mi caballo. Puesto que el criado no me comprendió, yo mismo fui al establo. Enseguida lo ensillé, al mismo tiempo que escuchaba a la distancia el llamado de una trompeta. Entonces, le pregunté qué significaba; nada sabía y nada había escuchado. Sin embargo, me detuvo en la salida preguntando hacia dónde marchaba [...] ¿Acaso no lo he dicho? - le respondí - Siempre lejos de aquí..., ése es mi destino. Porque se trata, afortunadamente, de un viaje en verdad, inmenso.6”
No es casual que hayamos elegido estos textos para ejemplificar el uso de los conectores. Intentamos describir en qué consiste la experiencia de la comunicación, ya que, de la misma forma en que el universo y el destino nos atrapan con su doble atractivo de misterio e infinitud, también la palabra. Y aun cuando el misterio del ser humano nunca logrará develarse en su totalidad, es la palabra la que nos permite traducir en acto aquello que vamos registrando en nuestra vida de relación con el mundo físico y social: ideas, representaciones, sentimientos, en un principio difusos, hasta que logramos darles un nombre. Es así como la experiencia de una comunicación eficaz, no solamente se traduce en la satisfacción de haber alcanzado a transmitir un mensaje a través de una producción correcta; implica, ciertamente, la capacidad de evocar lo que no se percibe en forma directa, la concreción de un intercambio entre personas, la oportunidad del encuentro con el otro y la expectativa de un proceso continuo de crecimiento y construcción.

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Referencias

1 Del latín, divulgare, poner al alcance del público.
2 MCLUHAN, MARSHALL, La Aldea Global. Buenos Aires. GEDISA, 1989.
3 TOFFLER, ALVIN, La tercera ola. Barcelona, España. Plaza y Janés Editores S.A., 1980.
4 REVEL, JEAN FRANCOIS, El conocimiento inútil. Barcelona, España. Planeta S.A., 1989.
5 Feedback, retroalimentación.
6 KAFKA, FRANZ, La muralla china. Madrid, España. Alianza Editorial S.A., 1975.

Bibliografía

- García Negroni, María Marta; Stern, Mirta; Pérgola, Laura: El arte de escribir bien en español, Manual de corrección de estilo. Buenos Aires. EDICIAL, 2001.


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